El niño galáctico juega esta noche.

Se dice,

“Si tu amor es ardiente, te llevaría por el infierno sin romperse.”

Infierno. Tal vez sea la única palabra que se acerque mínimamente a lo que vivió Frenkie de Jong el pasado verano. Lo suyo no fue una simple incomodidad o un malentendido contractual. Fue un asedio.

Un empuje constante para echarle, una presión nada disimulada para que se reuniera con su antiguo entrenador en Manchester, una tensión creciente con el míster, y como si fuera poco, esa amenaza silenciosa pero evidente de quitarle minutos sobre el campo.

Y, sin embargo, sobrevivió.

Y no solo sobrevivió, sino que lo hizo con una dignidad que pocos tienen. Nunca explotó en entrevistas, nunca lanzó indirectas, nunca dejó entrever ni una pizca de rencor. El club, SU club, filtró detalles privados de su contrato.

Lo expuso ante la opinión pública, como si quisieran ponerlo en la picota, hacerlo ver como el culpable de algo. Y aún así, Frenkie no dijo ni una palabra en contra. Silencio noble.

Frenkie de Jong
Frenkie de Jong in Barca Frames \ FromTheBend Network

Hubo cambios que dolieron. Sustituciones incómodas, como si ya le hubieran puesto la etiqueta de “prescindible”. Y él, con todo eso encima, miró hacia otro lado, hacia lo que realmente importa. No se dejó atrapar por la política del vestuario, por los juegos de poder ni por los egos.

Se puso los pantalones cortos, se calzó las botas y salió a darlo todo, una y otra vez.

Y lo más increíble: siempre con esa sonrisa suya. Ese gesto tranquilo, casi ingenuo, que esconde una fuerza de carácter enorme. Orgullo, sí. Pero no del que grita o se impone, sino del que calla y demuestra.

Del que juega y ama. Porque Frenkie ama a este club. Lo ha dicho, lo ha demostrado y lo sigue haciendo. Llama al Barça “mi club”. Llama a Barcelona “mi ciudad”.

El rubio dorado de Países Bajos, el arquitecto silencioso del mediocampo, sigue aquí. Y no por obligación, ni por contrato. Está porque quiere estar. Porque siente el escudo, porque respeta la historia, porque honra la camiseta cada vez que la viste. Y eso, hoy en día, es un lujo.

Jugadores así no se fabrican. No se compran ni se negocian. Se encuentran, se cuidan, se celebran. Y sí, esta noche juega el galáctico de corazón humilde. Juega Frenkie. Juega el que nunca se fue, aunque muchos quisieron verlo fuera.

Y yo, como culé, no puedo estar más orgullosa.

Ash is an amateur Astronomer and citizen scientist for NASA. Raised in Bahrain, Ash grew up close to the Formula 1 and GP2 scene. But it was football that would eventually draw her into mainstream sports and she totally fell in love with Barça. Part of the spectator sports industry since 2018, before Anfield that is, Ash has worked with a handful of outlets in the sphere including LWOS, Yardbarker, The Nation of Blaugrana and Barca International Cules. She professionally covers ice-hockey and is a Culer for life.

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